Durante el aislamiento también hemos tenido que hacer varios cambios a nivel de organización, ya que el estar en casa aislados implica también adaptarnos a una nueva rutina, a un nuevo modo de vivir. El trabajar en casa, el estudiar en casa, el hacer las tareas del hogar, el enfocarse en los propios cuidados y el de nuestros familiares, el compartir un mismo espacio y desear también el tener un espacio privado; todo eso implica reestablecer no solo nuevos horarios sino en general una nueva manera de convivir con nuestras familias. ¿Complejo no? de pronto nos vimos inmersos en una nueva cotidianidad que quizás antes ni nos hubiésemos imaginado vivir. No tuvimos otra opción más que el aislamiento y la cuarentena, lo que llevó a generar cambios en nuestro estilo de vida, en nuestros planes.
Algunos de estos cambios han sido más difíciles que otros o han demorado más en ser comprendidos…
Pues nos hemos encontrado en una situación desconocida e incierta, incluso puede que algunos cambios sigan en proceso, y como todo proceso lleva tiempo es importante darle ese tiempo que necesita. Después de toda situación de crisis surge un nuevo comienzo, como diría Boris Cyrulnik, neurólogo, psiquiatra y psicoanalista que trabaja el tema de la resiliencia: “Después de toda catástrofe llega una nueva revolución”. Para ello, es importante tener en cuenta que como seres humanos somos capaces de reinventarnos gracias a nuestra capacidad creativa para poder superar las dificultades y adversidades, podemos ser capaces de reanudar nuestra manera de vivir. La idea es transformar la experiencia, nuestras situaciones incluyendo las más cotidianas, en este caso las actividades en casa.
Muchas personas solicitan recomendaciones sobre cómo transformar las situaciones que nos pasan y sobre cómo reordenar nuestras responsabilidades.
Pero en realidad está en cada uno el encontrar la mejor manera de establecer ese nuevo orden, esa transformación, a partir de lo que le haga más sentido a cada uno como individuo y como familia. De hecho el equilibrio emocional es esencial para poder cumplir con las responsabilidades y metas que uno se propone, por eso también como familia en casa es importante construir juntos diversas fuentes de disfrute, aparte de las que ya uno realiza de manera personal. Un tema importante también es aceptar esos momentos de confusión, de tristeza, de malestar en general que podamos sentir justamente al estar inmersos en una situación nueva y compleja que nos toca vivir. Por más que exista en uno mismo el afán de escapar, huir o dejar de sentir esos malestares, igual reaparecen y se llegan a acumular incluso en el cuerpo. Entonces, también hay que dejarnos sentir tanto lo positivo como lo negativo de nuestras experiencias, interiorizarlas y aprender de ellas.
Finalmente…
Considero que para adaptarnos a una nueva realidad es necesario un sentido de comunidad, de colaboración entre los miembros ya sea de una familia, una institución, una organización, una empresa, incluso un país; y para eso la escucha y valores como la solidaridad, la empatía y el respeto hacia el otro son indispensables. Lidiar con momentos como estos de crisis y angustia nos lleva también a conectarnos con nosotros mismos, con lo que se nos hace difícil sobrellevar, lo cual es natural.
Nos damos cuenta que en algunos casos tal vez necesitamos pedir ayuda a un compañero, a un ser querido y también a un profesional. Es así que como seres humanos nos enfrentamos con situaciones dolorosas a lo largo de la vida, a las cuales también podemos sobreponernos por más terribles que estas sean o por más que estas situaciones impliquen comienzos difíciles y complejos.